miércoles, 17 de febrero de 2016

That leaving feeling (libreta de quejas)

Leo las cartas que Van Gogh le escribió a Théo y pienso que, quizás, en el fondo, todos tenemos penas parecidas… Yo también he estado a la deriva y sé con certeza lo que es sentirse como un extranjero. Antes lo único que quería era desaparecer, perderme en la multitud. Quizá porque sabía que no estaba sola, encontraba peligrosamente atractivo permanecer en el enigma de lo anónimo sin tener que rendir cuentas a nadie, sin tener que complacer a nadie, sin verme obligada a no ofender (en realidad nunca dejé de imponerme esas cargas). Pero uno no es un personaje ficticio que el autor describe desde su cómodo distanciamiento y desaparecer siempre tiene un precio. Ese gusanillo que todos sentimos moverse en nuestro pecho comienza a aparecer con una asiduidad alarmante. Unas garras atenazan con violencia y no parecen dispuestas a dejarme ir hasta destruirme. El gusanillo se mueve lentamente, pesadamente. Parece desafiarme a hacer algo más doloroso para dejar de sentirlo… Apagar cigarrillos en mi brazo, clavar agujas bajo mis uñas… Todo sería menos terrible que el gusano que tengo en mi pecho.

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